Las Bardenas Reales son conocidas como el desierto del norte, y, por su peculiaridad, resulta visita casi obligada cuando se quiere conocer Navarra. El diccionario define desierto como: «Territorio arenoso o pedregoso, que por la falta casi total de lluvias carece de vegetación o la tiene muy escasa”. Según esta definición las Bardenas Reales no es un desierto sino una zona árida, ya que en las zonas más secas se sobrepasan los 300 litros por metro cuadrado al año; la mitad de su superficie está cultivada y los pastores guían a sus rebaños por todo su territorio. Pero también tiene otro significado, “Desierto: lugar despoblado”. Aquí la definición casa más, ya que en las 41.845 hectáreas que conforman el parque natural de las Bardenas no hay poblaciones. Lo importante, en cualquier caso, es que se trata de un paisaje sorprendente, modelado por la erosión, el tiempo y la mano del hombre, y un ecosistema vivo que hay que saber cuidar y respetar cuando en él nos adentramos.
La mejor forma de conocer las Bardenas Reales es paseando por sus caminos y senderos, y entre los muchos para elegir, hemos seleccionado, por ser los más espectaculares, los de Piskerra, Castildetierra y el Fraile. A continuación les indicamos algunos de los elementos más destacados de las Bardenas Reales:
CABEZO DE LAS CORTINILLAS
Magnífica atalaya sobre la Bardena Blanca y muy cerca de Castildetierra, con la particularidad añadida de que una larga escalinata de 219 peldaños nos permite ascender hasta su cima.
CABAÑAS BARDENERAS
En la Bardena se desparraman numerosos corrales y cabañas que sirvieron de refugio a pastores y agricultores. Construcciones sencillas donde al calor de un fuego se cocinaban las tradicionales migas de pastor, hechas con pan duro, sebo de cordero, agua, ajos y sal.
CASTILDETIERRA
Este pequeño cabezo erosionado ha sido mil veces fotografiado y filmado Leer más
MIRADOR DE LA BLANCA
Comprende la zona de Piskerra y el Rallón, y es el paisaje más característico y espectacular de las Bardenas Reales. Barrancos, cabezos y montes de fuertes cortados configuran un decorado que parece sacado de una película del lejano Oeste.
LA BARDENA NEGRA
La parte sur de la Bardena resulta en general menos conocida. Por eso sorprende el contraste de sus bosques de pino carrasco y abundante sotobosque arbustivo, bien conservado y de carácter típicamente mediterráneo.
TIERRA DE CASTILLOS
La Bardena fue territorio fronterizo del Reino de Navarra, primero con los musulmanes y después con el Reino de Castilla y Aragón. Por eso se construyeron varios castillos o atalayas de vigilancia como Aguilar, Sanchicorrota, La Estaca, Mirapex, Peñaflor y El Fraile.