Cabredo
SIERRA DE CODÉS
La Parroquia de Santiago el Mayor es la principal obra arquitectónica de Cabredo. Este edificio tardogótico, construido en sillería a mediados del siglo XVI y posteriormente reformado, se compone de una nave única de cuatro tramos cubiertos por bóvedas de crucería estrellada, dos pequeñas capillas cuadradas, una cabecera poligonal y un coro elevado a los pies. La estructura también incluye una torre y sacristía, características del clasicismo herreriano. En el exterior, destaca una puerta de madera del siglo XVII decorada con un relieve de Santiago Matamoros, protegida por un amplio atrio cuadrado con bóveda estrellada.
El retablo mayor, de grandes dimensiones y diseño manierista con elementos del primer barroco, alberga relieves y esculturas de un retablo romanista anterior. La iglesia también cuenta con un retablo de madera del Ecce-Homo y otro de la Virgen del Rosario, ambos del siglo XVIII y de estilo rococó, igual que la sillería del coro.
La Ermita del Santo Cristo es una construcción moderna que alberga una expresiva imagen del Crucificado del segundo tercio del siglo XVI.Leer más
La Ermita de San Simeón Labrador, construida sobre la casa del santo, conserva varias reliquias, incluida una sandalia del titular.
A 500 metros de Cabredo se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de la Natividad o del Carrascal. Construida en el siglo XVI, tiene una planta rectangular de nave única, sin crucero ni tramos diferenciados, y una cubierta plana moderna.
Cabredo, un pueblo con un rico legado histórico en el valle de Aguilar, cuenta con valiosas construcciones de sillería del siglo XVI, muchas de ellas adornadas con escudos que datan del siglo XVI al XVIII. Además de su arquitectura singular, Cabredo es conocido por haber albergado el influyente Taller de Cabredo, que floreció en la transición del siglo XVI al XVII. Dirigido por Pedro González de San Pedro, un destacado discípulo de Juan de Anchieta, este taller dejó una profunda huella en la localidad.
El Taller de Cabredo, con su característico arco de medio punto ciego y una fachada adornada con un escudo rococó de piedra que muestra las armas de Antoñana, es un testimonio tangible de la época dorada de la escultura en la región. Este taller, cuyo esplendor se sitúa a finales del siglo XVI y principios del XVII, subraya la importancia de Cabredo en la historia del arte y la artesanía en piedra.