EL CASTILLO DE OLITE
El castillo de Olite es un impresionante conjunto monumental mandado construir por el rey de Navarra Carlos III el Noble. La corte de Olite poco tuvo que envidiar al resto de cortes europeas durante la Edad Media. El majestuoso castillo tenía terrazas ajardinadas, surtidores y hasta un zoológico en el que había leones, camellos, búfalos africanos y una jirafa. En la parte más sombría del palacio está la «nevera», una especie de huevo donde se almacenaba la nieve para hacer helados durante los calores del verano. Nada tenía que faltar para el disfrute de los reyes navarros. Durante la guerra de independencia contra Napoleón, el general de la guerrilla navarra Francisco Espoz y Mina mandó quemar el castillo de Olite para que no cayera en manos enemigas. No cayó en manos francesas, pero sí en una ruina total de la que no salió hasta que se iniciaron las obras de reconstrucción en 1937. Olite fue una ciudad romana construida en el siglo I d.C., cuya principal función fue proteger la calzada que comunicaba Caesaraugusta (Zaragoza) con Pompaelo (Pamplona). El fuerte carácter militar de la ciudad queda reflejado en sus murallas, que constituyen el recinto fortificado romano mejor conservado de Navarra. En la Edad Media la población creció y hubo que ampliar las murallas. Se distinguen fácilmente, ya que la romana la forman grandes bloques de piedra con su característico almohadillado y en las medievales la piedra es más pequeña.
VISTA GENERAL DEL CASTILLO DE OLITE
El castillo de Olite es un complejo e irregular conjunto de torres, estancias, jardines, galerías y patios que sobresalen majestuosos sobre el caserío de Olite. Su esplendor fue tal que se decía que en él había “tantas habitaciones como días tenía el año”.
ALTAS TORRES EN EL PALACIO REAL DE OLITE
Muchas son las torres: la del Homenaje, la de Ochavada o de las Tres Coronas, Leer más
GALERÍAS Y RICAS ESTANCIAS
La galería del rey destaca por su elegante tracería gótica. Todas las estancias estaban ricamente ornamentadas con hermosas yeserías, azulejos, pinturas, vidrieras, tapices y todo lujo de detalles de los que ahora apenas queda nada.
IGLESIA DE SANTA MARÍA
Comenzada en el siglo XIII está adosada al castillo y en ella se celebraron bautizos, bodas y exequias reales. Destaca la fachada, obra cumbre de la escultura gótica navarra, de gran riqueza decorativa y elegantes proporciones.
CALLES ESTRECHAS EN EL PUEBLO MEDIEVAL
Paseando por el Casco Antiguo de Olite encontramos vistas pintorescas como la que nos ofrece el castillo desde la rúa Villavieja. Hay también casonas medievales y palacios renacentistas y barrocos, con sus escudos de piedra y amplios aleros decorados.
TORRE DEL CHAPITEL
En su origen formaba parte del recinto romano y constituía uno de los dos portales de acceso. En el siglo XIII se le superpuso una obra medieval gótica abriéndose un pasadizo con arcos apuntados, que hoy une las plazas de Teobaldo y de Carlos III.
IGLESIA DE SAN PEDRO
Destaca la alta torre gótica (s. XIV) de 54 metros de altura acabada en una airosa flecha de disposición octogonal y perfil curvo. La portada es románica del siglo XII, siendo el cuerpo inferior de la torre y el claustro del siglo XIII.
MURALLAS ROMANAS
Olite conserva las murallas romanas más completas y en mejor estado de Navarra. Es una construcción del siglo I de la que podemos distinguir sus restos por los característicos sillares de labra almohadillada. En la Edad Media se ampliaría el recinto amurallado.