Marañón

SIERRA DE CODÉS

La Iglesia Nuestra Señora de la Asunción

De origen medieval y construida alrededor del año 1200, es un ejemplo destacado del estilo románico rural con influencias protogóticas evidentes en sus estructuras y decoraciones. Sus muros contienen restos de canecillos y arcos fajones, y la nave se distingue por segmentos cubiertos con bóvedas de crucería de nervios trapezoidales. El segmento central es notable por su bóveda cuatripartita de nervios bilobulados, añadiendo una dimensión artística y técnica compleja a la edificación.

Durante el siglo XVII, se realizaron adiciones significativas como la sacristía y el coro, ambos con cubiertas estrelladas. También se añadieron dos capillas que presentan bóvedas de casetones y una torre construida en el estilo herreriano, marcando una evolución en el diseño arquitectónico de la iglesia a lo largo de los siglos. Estas modificaciones reflejan las tendencias artísticas y las capacidades técnicas de la época, integrando elementos góticos y renacentistas.

El retablo mayor de la iglesia es particularmente notable, no solo por su traza gótica sino también por incorporar elementos del arte hispano-flamenco, como pinturas y esculturas que recuerdan al trabajo de Pedro Díaz de Oviedo y otros artistas del mismo período. Este retablo se compara con obras en la catedral de Tudela y en la parroquia de Los Arcos, destacándose los bustos de apóstoles y la talla de la Virgen con el Niño por su expresividad y calidad artística.Leer más

Además, la iglesia alberga otras obras significativas como el retablo del Ecce Homo, con una talla que sigue el estilo romanista tardío, un Crucificado del siglo XVI y una cajonería barroca de 1688. Elementos litúrgicos como un cáliz y un copón de plata del siglo XVI en estilo plateresco con marcas de Logroño complementan la rica colección artística del templo.

En el contexto más amplio del pueblo, existen dos casas nobles con blasones significativos que reflejan la herencia y la historia local. Además, en las afueras se encuentra el Palacio del Romanticismo, una estructura neoclásica de finales del siglo XVIII o principios del XIX que se destaca por su arquitectura de influencia francesa, poco común en Navarra. Este palacio no solo es importante arquitectónicamente sino también culturalmente, habiendo sido la inspiración para «La Casa de Aizgorri» de Caro Baroja.

El castillo

Data de la época medieval y sirvió como fortaleza fronteriza, cuenta una larga historia de gobernadores y alcaides que se encargaron de su mantenimiento y defensa. A lo largo de los siglos, el castillo ha visto numerosas reparaciones y mejoras, incluyendo la adición de estructuras de defensa y la renovación de sus instalaciones. Aunque dejó de ser mencionado en documentos después de 1460 y probablemente fue derribado en el siglo XVI, su historia refleja la importancia militar y estratégica de la región.

La ermita de Santo Cristo

Representa un aspecto más moderno de la espiritualidad y el culto en la comunidad, manteniendo su función religiosa hasta la fecha. Este edificio, aunque más reciente en comparación con las otras estructuras históricas, sigue siendo parte integral de la herencia cultural y religiosa del área.

En conjunto, estos elementos arquitectónicos y artísticos no solo ilustran la riqueza histórica y cultural del lugar sino que también destacan la evolución estilística y funcional de sus edificaciones a lo largo del tiempo, ofreciendo un testimonio vivo de la historia regional y la continuidad de la tradición artística y arquitectónica en Navarra.

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