La singularidad del edificio comienza por ser éste el único monasterio que la Orden premostratense fundó en el Reino de Navarra. El claustro, de finales del S.XVII, por su sobriedad, la sencillez de sus líneas y el característico color rojo de su sillería nos presenta un escenario singular y bello. El conjunto es, además de espacio de interpretación y exposición, un mirador sobre el claustro desde donde podemos contemplar y disfrutar de esta arquitectura.

Esta sala se propone como escenario de presentación de un viaje desde sus origines como hospital de peregrinos hasta la actualidad, a través de un recorrido que comienza en el siglo IX y nos acerca a la evolución del monasterio, a los pasos de los viajeros que recorrieron esta vieja ruta jacobea y a la historia y vida de Urdax.