Salimos de la iglesia y nos encaminamos hacia la derecha iniciando un paseo de ronda que rodea toda la iglesia, construido al mismo tiempo que la nave gótica.
Su primer tramo corresponde a una apertura en el contrafuerte vecino a la portada, que lleva pequeña bóveda de crucería, cuya clave muestra un Cristo sedente bendiciendo y portando libro entre hojarasca. Los nervios descansan en ménsulas que representan a los cuatro Evangelistas, cada uno con el símbolo que lo identifica: águila de San Juan, el ángel de San Mateo, el toro de San Lucas y el león de San Marcos.
Sigamos adelante. Fíjense ahora en la pequeña ventana que tienen enfrente bajo la torre pequeña. Si se asoman, podrán divisar perfectamente encuadrada la ciudad de Olite. No podemos olvidar la estrecha relación que durante el siglo XIV y XV tuvieron las dos villas.

EL MIRADOR DE BALCONADA GÓTICA
Se abre a continuación un mirador que se cubre con techumbre de madera conservada desde el siglo XIV y recientemente restaurada. Unas bellas pilastras sujetan el voladizo que descansa en zapatas también de madera con
cabezas sacando la lengua.
La iconografía de los capiteles en esta zona es muy variada, desde escenas circenses, de lucha cuerpo a cuerpo hasta un mono vestido con lo que parece un hábito.
La balaustrada pétrea con cuadrifolios recuerda mucho a las existentes en alguna de las torres del Palacio Real de Olite y es gemela de las del coro y sobreportada de este mismo santuario.