La antigua calzada real que iba desde Pamplona hasta San Sebastián ha dejado numerosas huellas en este pueblo; encontramos casas que muestran la importancia que tuvo en aquel tiempo: a la entrada del pueblo está el palacio Juanesenea Portonea (del portero), Mandategia (donde reposaban las mulas) y Arotzenea (del herrero), todas ellas necesarias para una calzada real. Ni qué decir tiene que también hubo posadas como OstazarreaOstatua (Apezenea nombre original) y Auzoetxea.

Otras siguen en pié, como MatxikeneaEtxeberrigaraikoa y Etxeberriazpikoa.

Más tarde, cuando se habilitó la nueva Calzada Real en 1792, el pueblo quedó a un lado y se construyeron dos ventas a la orilla del camino. Una de ellas desapareció al construir la autovía.

No podemos dejar de mencionar la iglesia y su pórtico gótico. La torre es lo más reseñable junto con la puerta gótica. La torre se reformó en el 1776. El retablo, del siglo XVI, fue tallado por Juan Landa.

Los montes más reseñables de este pueblo son Mintegi, en la parte de Etxaleku, ArtolaIrumarketa y Mundumalkorra en la parte de Irurtzun, y Arriketa, cerca del pueblo.