Románica, construida en el siglo XII, parece estar elevada sobre un primitivo templo mozárabe ya que su planta es levogira.

En el templo de planta rectangular y cabecera plana destaca la portada principal, del más puro estilo románico, no estando trabada con la nave sino exenta.

Sus cuatro arquivoltas son un compendio de la iconografía románica, pasando desde escenas del Nuevo Testamento en la interior a animales mitológicos y elementos vegetales, al igual que ocurre en los capiteles de las columnas.

En el tímpano destaca un magnífico pantocrator (Cristo en majestad), con los símbolos de los cuatro evangelistas. Está protegido todo el conjunto por un alero soportado por modillones figurativos. Importante la torre románica, esbelto ejemplo en el románico de Navarra.

Mención aparte merece la puerta Norte, recientemente recuperada, románica y rematada en su sencillez por un magnífico lábaro o crismón. Entre ella y la torre existen dos sepulturas góticas en una de las cuales, según la tradición, estuvo enterrado el Conde Rotrón de Alperche, que a las órdenes de Alfonso I el Batallador, conquistó Tudela a los musulmanes en 1119.

El alero está soportado por multitud de canecillos labrados con la delicadeza y simbología propia del románico. El interior de una sola nave se cubre con bóveda de cañón apuntada, reforzada por fajones que se prolongan en semicolumnillas cortadas a media altura del muro, soportando capiteles vegetales e historiados. Toda la iconografía escultórica está directamente relacionada con la de la Catedral, cuyo claustro se construía por entonces.

El retablo mayor de traza plateresca (Siglo XVI), anuncia en sus formas y motivos al Manierismo.

Actualmente la Iglesia está exenta, y su entorno ha sido objeto de excavaciones arqueológicas que han proporcionado fragmentos cerámicos romanos, arquerías góticas y multitud de restos medievales, tanto musulmanes como cristianos.